En Chascomús no se salvan ni los perros

En mi familia, la cual también integra un simpatico daschuna (vulgarmente conocido como perro salchicha), llegamos a una no muy feliz conclusión. El chusmerío barato, pariente cercano del que dirán y tantas otras preocupaciones de pueblo conservador, también la sufren los pichichos. Ya que Pascual-mi perro- cada vez que sale a pasear, se tiene que comer los odiosos: ahja, mira el salchicha, che alargale las patas, que lindo el ratón, que perro malo eh?, o simplemente :juajuajuaj. Ni los perros pueden hacer la suya aqui, todos estamos bajo la lupa de una sociedad chusma y berreta que no deja de fijarse en los demas. No se salva nadie. Que feliz sería Pascual si en vez de vivir aqui viviera en Capital por ejemplo, allí pasaría desapercibido como cualquier otro cuadrúpedo.