Cierro los ojos, trato de dormirme imaginando colores ya vividos: colores verdes. También oigo ruidos, ruidos de cadenas. Y ya consternado en el sueño, deliro.
Hay un joven en una cama atado con unos cables de colores que grita...
Los gritos del joven se convierten en ruidos graves, escupen sustancias verdes el la pared marcando el axioma de su desaparición. Un ser gordo de bigotes le pega con un caño en la cabeza, el joven le escupe en la cara. El gordo toma un cable y lo conecta en la espalda del joven que sigue escupiendo pero sin testificar, el mounstro lo comienza a devorar. El joven agoniza sin dejar de escupirle la cara a la bestia, luego muere. La bestia sonríe, el joven yace en la cama con la dignidad de un sonámbulo. Una brisa fría me despierta en la madrugada . Después del día del bicentenario.
Hay un joven en una cama atado con unos cables de colores que grita...
Los gritos del joven se convierten en ruidos graves, escupen sustancias verdes el la pared marcando el axioma de su desaparición. Un ser gordo de bigotes le pega con un caño en la cabeza, el joven le escupe en la cara. El gordo toma un cable y lo conecta en la espalda del joven que sigue escupiendo pero sin testificar, el mounstro lo comienza a devorar. El joven agoniza sin dejar de escupirle la cara a la bestia, luego muere. La bestia sonríe, el joven yace en la cama con la dignidad de un sonámbulo. Una brisa fría me despierta en la madrugada . Después del día del bicentenario.
AP
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