La Rockola

Lo ocurrido en la Estación Constitución tiene su correlato en un tríptico ya muy conocido: empresarios corruptos, gobierno corrupto y jueces corruptos.
La concesión de Trenes Metropolitanos (línea por la cual comenzaron los disturbios ayer) se la dieron a Sergio Taselli, empresario hiper corrupto que –como sabemos- fundió las plantas de Parmalat (en Gandara y otros distritos); ocasionó desastres en Río Turbio (le sacaron la adjudicación de los yacimientos); y explotó obreros en Altos Hornos Zapla. Entre otras atrocidades.
También es el líder de Trainmet, un cúmulo que nuclea empresas de autotransporte, donde está Trenes Metropolitanos. Estos trenes que salen de Constitución hacia recorridos cortos en el conurbano bonaerense, son utilizados por usuarios (trabajadores) que no disponen del dinero suficiente para trasladarse en otros medios. Demás esta decir que el servicio del metropolitano es deplorable, ayer algunos de los viajantes no soportaron otro día de desasosiego y reaccionaron como reaccionaron. Se habló de agite político, puede ser. Pero lo que es seguro es que esto se debe al círculo vicioso que mencionaba anteriormente. Por un lado la empresa la maneja un nefasto como Taselli, el cual se caga en los usuarios al igual de cómo se cagó en los empleados de sus miserables empresas. La concesión de los trenes a Taselli se la regala el gobierno, a través de otro nefasto: Ricaro Jaime.
Jaime es el secretario de Transportes de Kirchner que viene del menemato y que está acusado por los propios ferroviarios de innumerables actos de cohecho. Todas estas acusaciones están encajonadas en los escritorios de los jueces corruptos que tapan estos temas. Ahí cierra el círculo vicioso. Como diría Blumberg (que no viaja en tren) ¿Me entiende?