miércoles, julio 11, 2007

La poesía que rueda

por Lucio Plorutti Dormal

La historia reciente habla de una final pintada de clásica, entre la Argentina y Brasil (si es que pasamos, claro). Pero la historia verdadera se lamenta en no poder medir a los dos equipos más ganadores del certamen continental, Argentina y Uruguay (ambos con catorce). Brasil cuenta con nueve, y desde ya que peleará su décimo con el vencedor de la llave entre nuestra selección y el famoso "tri". Dunga jugó a su manera, con un Brasil aguerrido y duro de roer. Uruguay, que sabe de fricción y garra, pudo haberlo liquidado. Hoy el "jogo bonito" no está con la verdeamarella, que hace rato carece de ese elixir que los nombró como mágicos. Hoy la Argentina, como en el pasado mundial, expone un fútbol vistoso y bello que falta aún reinvindicarse con los laureles. Un fútbol con ascendencia histórica e identidad nacional.

A mi me gusta nuestra albiceleste y el juego que impone, por más que no esté acorde a nuestros tiempos de celular, Concorde e internet. Por sobre todo tiene un sentido de equipo que hace rato no vemos en el fútbol de calidad, ese que expresaron, a su manera, el Chelsea de Mourinho, la Francia del '98 y la Holanda del '74. Argentina '06 & '07 ha demostrado una actitud colectiva muy respetable, gen de la escuela de Pekerman y de las pretensiones de Basile y su "mística ganadora" de "equipo de memoria". Llamenlo como quieran, Argentina propone algo distinto al jugar. Algo que supera los sustantivos para armar la clave de la poesía, la interacción entre las palabras y lo que entre todas terminan expresando. Eso es un obra maestra, y si triunfamos será reconocida mundialmente esta fórmula esotérica y original.

Yo ya me quito el sombrero, pues poco a poco el individualismo es superado y la noción de un entero se va formando entre sus partes. Hoy me remito a ver un equipo jugar contra otro, esperando que el espectáculo sea digno de nuestra pasión y tiempo. Porque el de anoche dejó mucho que desear en términos futbolísticos, y apenas sostuvo su entretenimiento la circunstancia específica ( y no el partido y su desarrollo). Pero es como dicen los demás, en las estadísticas Brasil es pentacampeón (con o sin penales), está en otra final (con o sin sus mejores hombres) y gana los partidos (con o sin poesía). Yo me quedo con la poesía, y agradezco si el triunfo decide premiarla.

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