Después de gruñir con otra de sus inocentes cartas a los diarios, esta vez en contra de uno de los espacios culturales más interesantes que se haya gestado en Chascomús, por supuestos ruidos molestos, y con la excusa de que hay vecinos que ya están cansados, Violencia Rivas se prepara para el regreso más decadente que recuerde el HCD de la ciudad. Esta vez mediante otro partido político que no la representa (y ya van…), recordemos que ella defiende, a raja tabla, los gobiernos no democráticos y anticonstitucionales. Pero a no preocuparse, será esta otra inocua aparición de Violencia Rivas, teniendo en cuenta la poca bola que se le da y la liviandad de sus intervenciones es muy probable que vuelva a pasar completamente desapercibida. A lo sumo pegara un par de gritos (como siempre), pateará algún que otro gato (como la verdadera Violencia Rivas) y se tomará algún que otro whisky. Después de todo de alguien hay que reírse ¿no?
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