En el Soccer City de Johannesburgo, el seleccionado argentino dirigido por el D1OS gordo Diego Armando, se apresta una vez más para dar batalla y continuar su camino ascendente hacia la gloria máxima: la copa del mundo. El emulo mexicano parece estar nervioso, los cuates de Javier Aguirre salen a la cancha inseguros respetando exageradamente a su avezado rival, lo que motiva de inmediato a los albicelestes. Sin embargo, serán los aztecas los primeros en arrimarse al arco con pelotazos llegando a golpear algunos de ellos el travesaño del flemático Sergio Romero. La respuesta de los de Maradona no se hace esperar, por lo que, en cuanto a llegadas, el cotejo en los primeros minutos es parejo. Hasta que el motor relojero constructor de paredes Tevez Messi se pone en funcionamiento y deja en evidencia las flaquezas de la defensa mexicana. Y en una de estas corridas hacia el arco del ahora arquero Oscar Pérez, boing, el delantero todoterreno del Manchester City, luego de morderla y quedar en el área (adelantado) recibe un pase de Lio y la emboca de cabeza. Después de discutir justamente la posición de Carlitos (las pantallas cada vez más gigantes no mienten) con uno de sus colaboradores, el italiano Roberto Rosetti cobra gol argentino. Uno a cero, lo festejamos primero con miedo y después con culpa. Un irresponsable comentarista de Fox dirá más tarde en el entretiempo una nueva aberración: “los goles no se merecen, se hacen”; justificando este tanto ilícito. Nos quedamos un poco más tranquilos unos minutos más tarde cuando el pipita Higuaín recibe el mejor regalo de su vida: Osorio se la deja en los pies –consecuencia de un mal pase- en la puerta del área grande. El nueve del Real Madrid ni lerdo ni perezoso aprovecha el grosero yerro y define (convengamos que es un excelente definidor, y no mucho más) como los dioses amague y engaño de por medio al arquero. Con la serenidad que dejó este segundo gol los gladiadores del Diego se van al descanso. Al regreso, a los tempranos siete minutos: otra vez Carlitos Tevez. Y en esta oportunidad no anduvo con vueltas, luego de un rebote aniquila a Pérez con un disparo fulminante donde la inteligencia, la presición, la pegada y la definición dan cuenta de la indiscutida diferencia que marca este excepcional jugador. Lastima, todo esto se vio empañado, pese al mal juego mexicano y el resultado más que contundente por: la actitud incomprensible por parte del seleccionado argentino de tirarse atrás, la inentendible salida de Tevez por Verón, y el gol de Mexico a los 26 minutos donde Demichelis volvió a marcar mal (y van…). Que Pastore entre a los 34 del final es un desperdicio inadmisible, estamos hablando del mejor jugador que tiene Argentina después de Tevez y Messi. Evidentemente, sin Pastore y sin Bolatti, a la selección le seguirá faltando juego más allá de los resultados y los goles. De cualquier manera, ya van cuatro de los siete que hay que ganar. Y se viene Alemania, que es cosa seria.
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