jueves, noviembre 18, 2010

Las intermitencias del Xeneize

Columna breve boquense, dinámica e impensada

Continuando con el mal desempeño futbolístico que mostró durante todo el año, luctuosa realidad, sin juego ni ideas por ninguna tangente, colectivamente nulo; Boca demostró –ahora llegando al paroxismo- que ya no puede jugar peor. Y es un alivio, aunque hubo que perder el clásico para eso, aliviado, seguro, debe estar Borghi, aliviados deben estar, efectivamente, todos los hinchas de River: ganaron otro campeonato. Se notó, desde lejos, que se prepararon para este encuentro de manera extraoridanaria, ya sin Cappa, ahora más que nunca, había que ganar como sea, y así fue: un gol de pelota quieta. Esta claro que River lo busco siempre, al gol, presionó y metió, jugando mal como lo viene haciendo últimamente; ante un rival incompetente e impotente. Pero como dijo el poeta Fabian Casas mediante la voz de Ariel Minimal: los superjuguetes duran solo un verano. River, más allá del cabezazo de Maidana, deberá seguir pensando seriamente en que está la posibilidad de anclar en la b, si sigue así. Deberá pensarlo seriamente River, cuando terminen los festejos de este, su campeonato número 34. Y Boca va, para atrás.

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