jueves, enero 27, 2011


Raja el verano la metrópolis, ciudad de conservadores si las hay, y una vez más, luego de un considerable período de silencio, este humilde servidor vuelve al ruedo con algunas apreciaciones invariables.

Para romper el hielo e ir directamente a los bifes: el candidato número one al mejor retrogrado de las pasadas últimas tres décadas ( incluyendo a la que eligió para vivir in eternum), nos vuelve a sorprender (como siempre para mal y retrocediendo varios casilleros en el intento) con otra de sus habituales barbaridades lanzadas al unísono en su columna diaria del mediodía, esa en la que hace años las minucias trajinan burbujeantes.
Esta vez, sin ponerse nervioso, Jorgito yuxtapone las consecuencias de un trágico hecho de público conocimiento en las últimas horas, con las supuestas responsabilidades a las que ( según su demente mirada) deberían responder algunos grupos políticos, haciendo referencia puntual a las nuevas reorganizaciones de jóvenes que vienen surgiendo en Chascomús. Para tal despropósito, como no podía ser de otra manera, rellena los minutos con insípidas justificaciones que alguna vez apuntamos en estas mismas páginas. Su imprudencia vuelve a ser periodísticamente infeliz. Que alguien haga silenciar a este clown radiofónico otrora mediocre guitarrista.
¿Algún femenino que le apague el equipo transmisor? ¿o en su defecto que no se lo deje encender?
 
 
 

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