miércoles, agosto 17, 2011

Una oración


Hay una oración berreta, hipócrita, taimada, bien de derecha (de la derecha por ignorancia y no por convicción), sin argumentos, sin fundamentos, inocua e inicua, vacía, ridícula; una oración utilizada hasta el hartazgo en los últimos tiempos, una oración que atrasa mil años cada vez que se la enuncia, una oración tan liviana como improbable que da asco, vergüenza ajena. Una oración irresponsable que repercute en las lenguas de los irresponsables de siempre, una oración criminal, abyecta, innecesaria, indefendible, insostenible. Una oración ingenua por naturaleza que irrita hasta la contradicción. Una oración dicha desde la ignorancia más extrema, desde los pasillos del conservadurismo más cabezudo. Una triste frase: “están alimentando vagos”.
El oírla es una experiencia perversa que; o bien nos lleva hacia replicas heroicas por yuxtaposición: “seamos libres que lo demás no importa nada” (Don José de San Martín dixit), o nos involucra definitivamente en un laberinto tan intrincado como el tratar de deducir si al cabezón (el hincha de Banfield pero que es de Lomas de Zamora) la merca le hace mal por mala o por buena.

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