Probablemente el Ron es lo que hace que no recuerde quien tomó esta fotografía que ya entra en lo que podríamos llamar… la mirada atonal del ojo apócrifo.
Fíjense como el fondo (compuesto por mis amigos en abanico) hace de mí un exquisito arquetipo de la preciosidad. Olvidando claro, toda sospecha de ebriedad de los componentes totales de la obra.
Maestría pura.
(Demás está decir que se quitarán todos los comentarios con malicia)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario