Cuarenta años
Se hace muy difícil hablar de rock nacional, sobre todo por el termino y todo lo que arrastra. Partamos de la base que el rock no puede ser nacional porque no es una música que le pertenece a nuestro país. Cada nación puede apropiarse de él y hacer algo interesante mestizado con su folklore, su idioma, etc.; pero por eso no podemos hablar de algo nacional. Demás está decir que desde sus comienzos hasta esta parte, el rock hecho en argentina ha sufrido varias mutaciones, cambios generacionales, culturales, modas, dictaduras, democracias, menematos. Estos procesos mutantes, salvo vagas excepciones, siempre fueron para mal. Si nos ponemos a recorrer su historia, en cuanto a lo estrictamente musical, no hay crecimiento. Si creció el negocio, si aumento la cantidad de bandas, se organizó muy bien la manera de difundirlo, etc. Pero todo esto está estipulado bajo las necesidades de la mercadotecnia, lo verdaderamente importante - la música - pasó a segundo plano.
Ahí es donde entramos a hablar de la utilización del rock. El rock fue usado y asquerosamente manoseado sin piedad por intereses políticos de extrema urgencia. La dictadura utilizó al rock nacional como escudo sociocultural durante la guerra de Malvinas al prohibir el rock en ingles. Y el rock - inconscientemente o no - se dejó usar. Por aquellos años el gobierno organizó un festival por los chicos de Malvinas, teóricamente era para juntar ropa y alimentos. Por supuesto, nunca llegó nada. Fue otra sucia jugada para distraer a la población, como el programa de Pinky y Cacho Fontana. De todos los grupos y solistas que sonaban por la época, salvo Los Violadores, entraron todos, inclusive Charly García y el flaco Spinetta.
Hoy en menor medida el rock sigue siendo utilizado, los negocios siguen, las arcas de los grandes empresarios crecen y las bandas independientes no tienen un mísero lugar para mostrarse, sobre todo después de Cromañon. Y lo más nefasto, una radio manejada por un grupo claramente menemista o neoliberal ( los que vaciaron al país), se jacta de pasar "puro rock nacional". ¿ Que es peor? ¿Escuchar en La Mega un tema de Alejandro Lerner pegado a uno de Pappo y luego otro de Miranda o saber que La Mega es la más escuchada después de Rock and Pop en el ambiente del rock?
Así está hoy el rock, a cuarenta años de su aparición, la mayoría de las bandas actuales -por lo menos las más conocidas- están en las antípodas de lo que fueron Los Gatos, Los Abuelos (en su primer etapa), Almendra, Manál , etc. Festejemos los cuarenta años, pero tomemos conciencia de que el rock ya no es lo que era. El Flaco decía que "mañana es mejor", sin embargo en el libro de Sergio Marchi El Rock Perdido (muy recomendable para entender a la perfección lo que quiero plasmar en este post -aunque Marchi labure para los mismos que manejan La Mega-), nos advierte que para entender lo que le pasó al rock solo basta mirar lo que sucede atrás de los arcos en cualquier partido de fútbol. Pareciera que con esta reflexión, Spinetta borra con el codo lo que escribió allá lejos y hace tiempo para Pescado Rabioso. No lo culpo, todo se fue por las ramas y lamentablemente estamos donde estamos. El futuro llegó, hace rato.
Ahí es donde entramos a hablar de la utilización del rock. El rock fue usado y asquerosamente manoseado sin piedad por intereses políticos de extrema urgencia. La dictadura utilizó al rock nacional como escudo sociocultural durante la guerra de Malvinas al prohibir el rock en ingles. Y el rock - inconscientemente o no - se dejó usar. Por aquellos años el gobierno organizó un festival por los chicos de Malvinas, teóricamente era para juntar ropa y alimentos. Por supuesto, nunca llegó nada. Fue otra sucia jugada para distraer a la población, como el programa de Pinky y Cacho Fontana. De todos los grupos y solistas que sonaban por la época, salvo Los Violadores, entraron todos, inclusive Charly García y el flaco Spinetta.
Hoy en menor medida el rock sigue siendo utilizado, los negocios siguen, las arcas de los grandes empresarios crecen y las bandas independientes no tienen un mísero lugar para mostrarse, sobre todo después de Cromañon. Y lo más nefasto, una radio manejada por un grupo claramente menemista o neoliberal ( los que vaciaron al país), se jacta de pasar "puro rock nacional". ¿ Que es peor? ¿Escuchar en La Mega un tema de Alejandro Lerner pegado a uno de Pappo y luego otro de Miranda o saber que La Mega es la más escuchada después de Rock and Pop en el ambiente del rock?
Así está hoy el rock, a cuarenta años de su aparición, la mayoría de las bandas actuales -por lo menos las más conocidas- están en las antípodas de lo que fueron Los Gatos, Los Abuelos (en su primer etapa), Almendra, Manál , etc. Festejemos los cuarenta años, pero tomemos conciencia de que el rock ya no es lo que era. El Flaco decía que "mañana es mejor", sin embargo en el libro de Sergio Marchi El Rock Perdido (muy recomendable para entender a la perfección lo que quiero plasmar en este post -aunque Marchi labure para los mismos que manejan La Mega-), nos advierte que para entender lo que le pasó al rock solo basta mirar lo que sucede atrás de los arcos en cualquier partido de fútbol. Pareciera que con esta reflexión, Spinetta borra con el codo lo que escribió allá lejos y hace tiempo para Pescado Rabioso. No lo culpo, todo se fue por las ramas y lamentablemente estamos donde estamos. El futuro llegó, hace rato.
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