Homenajes a milicos

Con referencia a la guerra de Malvinas, a veces, se generan confusiones que a esta altura no estaría mal esclarecer.
Todavía hoy algunas personas vinculadas con ex combatientes no toleran que en las radios se pasen canciones en ingles. No existe en estos casos una diferenciación de lo que fue la guerra (una locura entre un gobierno ultraconservador del primer mundo y otro gobierno ultraconservador, militar y asesino del tercer mundo; no obstante las Malvinas sean argentinas por soberanía) y las culturas pertenecientes a las sociedades de cada país. Eso con: educación, cultura, buena voluntad, tiempo e historia se puede solucionar. Se puede hacer entender.

Pero es irracional tener que tolerar ciertas paradojas. Por ejemplo que en Chascomús se hagan homenajes –con placa y todo- a genocidas, que si bien estuvieron en Malvinas, lo hicieron como artífices de ese gobierno de facto que llevó siniestramente el país a la guerra. Porque no es lo mismo un ex soldado -a quien mandaron a la guerra-, un conscripto, que un milico con alto rango en las fuerzas armadas colaborador absoluto de la última dictadura.
Es ultrajante tener que soportar semejante desatino. Por más muerto que esté el milico.