¿Sirven para algo los críticos de cine? Y en su defecto. ¿Las revistas de cine? ¿Y los programas de cable sobre cine? Si, sirven. Y mucho. Cahièrs du cinéma, revista de cine francesa fundada en 1951, no solo sirvió y sirve para entender gran parte del cine francés, sino que fue parte fundamental de él. Los críticos que escribían allí luego terminaron siendo directores fundamentales en la historia del cine: Jacques Rivette, Jean-Luc Godard, Claude Chabrol y François Truffaut, si, estamos hablando de la mismísima Nouvelle Vague, movimiento revolucionario del cine francés y más allá.
Claro que no todos los críticos son como los de Cahièrs du cinéma, ni tampoco todos los críticos terminan siendo magníficos directores, ni mucho menos fundadores de movimientos como la Nouvelle Vague.
En Argentina hubo un largo período en que los “analistas” de cine dejaron mucho que desear, esos de las estrellitas, los de los diarios, que aún hoy continúan. Con la llegada de la revista especializada El amante y posteriormente Los inrockuptibles, la cosa tomó otra orientación, por suerte. Desde entonces, y con la aparición de otras publicaciones, la crítica comenzó a tomarse en serio y los lectores comenzaron a ser respetados.
Ahora. ¿Qué pasa cuando el soporte revista muta a otro formato? ¿Cuándo los cítricos dejan sus oscuras redacciones y se someten a las luces, a veces perversas, otras contraproducentes, de la televisión que todo lo puede y todo lo vende? El resultado es El amante tv, todos los jueves en rotación por canal á. Pasó la primer temporada, de la cual ya me referí no muy felizmente (siempre pongo lo que pienso y me sale en el momento) en este blog. Ahora Noriega y los suyos van por más.
En la nueva temporada el programa tomó otro color (más allá del cambio de gráfica azul por amarillo). Ahora parece ser que se van a dedicar a grandes directores, lo que impone más seriedad en el asunto. El primero de ellos es justamente François Truffaut. Los críticos vierten sus opiniones sobre el director de manera acertada, siguen los juegos de edición, pero más controlados, siguen los chistes (algunos siguen siendo poco graciosos) pero con menor persistencia, las escenas de las películas están explicadas y no aparecen de manera antojadiza, y ya no hay separadores filmados en la calle simulando un corto o un film. En la primera entrega la discusión, basamento elemental de la revista, no tuvo lugar. Noriega, Porta Fouz y Panozzo están de acuerdo en todo, esto se debe, sospecho, a la maestría y a todo lo que representó Truffaut. Atención, se vienen más directores. Va a estar bueno.
Claro que no todos los críticos son como los de Cahièrs du cinéma, ni tampoco todos los críticos terminan siendo magníficos directores, ni mucho menos fundadores de movimientos como la Nouvelle Vague.
En Argentina hubo un largo período en que los “analistas” de cine dejaron mucho que desear, esos de las estrellitas, los de los diarios, que aún hoy continúan. Con la llegada de la revista especializada El amante y posteriormente Los inrockuptibles, la cosa tomó otra orientación, por suerte. Desde entonces, y con la aparición de otras publicaciones, la crítica comenzó a tomarse en serio y los lectores comenzaron a ser respetados.
Ahora. ¿Qué pasa cuando el soporte revista muta a otro formato? ¿Cuándo los cítricos dejan sus oscuras redacciones y se someten a las luces, a veces perversas, otras contraproducentes, de la televisión que todo lo puede y todo lo vende? El resultado es El amante tv, todos los jueves en rotación por canal á. Pasó la primer temporada, de la cual ya me referí no muy felizmente (siempre pongo lo que pienso y me sale en el momento) en este blog. Ahora Noriega y los suyos van por más.
En la nueva temporada el programa tomó otro color (más allá del cambio de gráfica azul por amarillo). Ahora parece ser que se van a dedicar a grandes directores, lo que impone más seriedad en el asunto. El primero de ellos es justamente François Truffaut. Los críticos vierten sus opiniones sobre el director de manera acertada, siguen los juegos de edición, pero más controlados, siguen los chistes (algunos siguen siendo poco graciosos) pero con menor persistencia, las escenas de las películas están explicadas y no aparecen de manera antojadiza, y ya no hay separadores filmados en la calle simulando un corto o un film. En la primera entrega la discusión, basamento elemental de la revista, no tuvo lugar. Noriega, Porta Fouz y Panozzo están de acuerdo en todo, esto se debe, sospecho, a la maestría y a todo lo que representó Truffaut. Atención, se vienen más directores. Va a estar bueno.
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