En Estados Unidos siguen votando al mismo tipo, George W. Bush, más allá de su crueldad, de su necedad, de su ineptitud y de su comprobable entumecimiento.
A simple vista puede tomarse como algo ilógico, sin embargo si estudiamos el asunto detenidamente tal vez lleguemos a deducciones razonables.
El aparato Bush maneja un sistema de encuestas (completamente adulteradas a su provecho) inyectando en la sociedad norteamericana un falsa sensación de credibilidad hacia el texano más famoso de hoy día. De esta manera el norteamericano medio (la mayoría) tan adormecido como su primer mandatario, acaba votándolo. Exitismo absoluto. Por supuesto que hay una minoría bien pensante y progresista que no lo vota, son menos, claro está.
Algo muy similar ocurre en nuestro país, el aparato Kirchner utilizó los mismos métodos para llegar a esta instancia. Algunos partidos de izquierda hablaban de fraude ya antes de las elecciones del pasado domingo. Fraude a priori, llevando el voto exitista a los comicios. Utilizando todos los recursos necesarios: encuestas, campañas millonarias (con dinero del estado), empresarios que ponen la teca al ganador sin observaciones ideológicas, y mucha falacia. El argentino medio, al igual que en el primer mundo, adhiere al voto cantado. Esta lamentable situación está instalada en todo el mundo, y el establismenth argentino no se queda afuera. Tal vez hubo una generación que pudo impedirlo, mínima, 30.000. Pero el resto como siempre permitió que se la comieran. Eso si, estamos en democracia.
A simple vista puede tomarse como algo ilógico, sin embargo si estudiamos el asunto detenidamente tal vez lleguemos a deducciones razonables.
El aparato Bush maneja un sistema de encuestas (completamente adulteradas a su provecho) inyectando en la sociedad norteamericana un falsa sensación de credibilidad hacia el texano más famoso de hoy día. De esta manera el norteamericano medio (la mayoría) tan adormecido como su primer mandatario, acaba votándolo. Exitismo absoluto. Por supuesto que hay una minoría bien pensante y progresista que no lo vota, son menos, claro está.
Algo muy similar ocurre en nuestro país, el aparato Kirchner utilizó los mismos métodos para llegar a esta instancia. Algunos partidos de izquierda hablaban de fraude ya antes de las elecciones del pasado domingo. Fraude a priori, llevando el voto exitista a los comicios. Utilizando todos los recursos necesarios: encuestas, campañas millonarias (con dinero del estado), empresarios que ponen la teca al ganador sin observaciones ideológicas, y mucha falacia. El argentino medio, al igual que en el primer mundo, adhiere al voto cantado. Esta lamentable situación está instalada en todo el mundo, y el establismenth argentino no se queda afuera. Tal vez hubo una generación que pudo impedirlo, mínima, 30.000. Pero el resto como siempre permitió que se la comieran. Eso si, estamos en democracia.
1 comentario:
en un tiempo vendran los famosos yo no la voté
Publicar un comentario