1990

Fue un 17 de noviembre, día más día menos, de ese año. Se decía que las inmediaciones del club iban a estar tomadas por un fuerte operativo policial. Cinco mil policías, decían. Apenas debe haber habido cien. Los tickets, ni muy caros ni muy baratos, se podían comprar en cuotas. Cómodas. Entre cinco y seis, creo.
Se anunciaba como el show más importante en la historia del pueblo. La banda, en plena gira animal, antes pasaba por La Plata, después por MDQ. En ambos lugares llenó, como era de esperarse.
No más de 200 cabezas coreábamos hasta el final las canciones viejas y nuevas que Cerati cantaba a pesar del fracaso -el más grande en la historia de Soda Stereo- de manera bastante entusiasta, digamos. Doscientas personas nada más.
Yo tenía 14 años, estaría por cumplir 15 a lo sumo. Aún hoy reverbera en mi cabeza la frase de Cerati. Esa frase para mi tiene más peso que el “gracias totales” donde también estuve: “volveremos y seremos millones”. Me pregunto cuantos habitantes de Chascomús que no fueron al Club Atlético en 1990 estarán ahora con sus tickets en la mano esperando en Udaondo o Figueroa Alcorta para verlos volver. Con la frente marchita, los habitantes de Chascomús.